No me dejes por favor,
hoy que es un día de sol en San Telmo
y las casas destiñen el viento con su color.
Y no te aflija ésta cancioncita triste en do menor,
es ésta piedra que llevo en el pecho
y hace bobo a mi corazón.
La fantasía es tan irracional,
tan profundamente destructiva
como los celos
son el veneno de la seguridad.
Y es que la muerte
metió su mano en el costurero
desanudando madejas de hilos de cuero
que tienen atado el extremo
a mi dolor …
Y tira, y tira, y tira y duele,
y la angustia sube, la alegría cede,
estás profundamente convencido de que es tu mente.
Y no hay pastillas, ni alcoholes, ni risas,
ni nada que pueda quitarte las ganas
de morir, morir, morir, morir, morir
para renacer …
(repite)