Rosa Santa María de Lima
tiraba flores al cielo
y del cielo no caían.
Brota sangre milagrosa,
la espina, el palo de rosa,
las rodillas inflamadas y la fe
crucificada …
Llueve agosto en Buenos Aires,
caen las primeras gotas,
la primavera se esconde
trás la peruana que llora.
Se conjuga en agua el trueno,
un relámpago hace claro al cielo,
y la lluvia se hace espesa,
y se viene la tormenta.
Y se lleva la mentira,
la frustración asesina,
la miseria de esta vida,
el dolor de la caída,
la presión de la rutina,
el poder, la codeína,
la mierda que hay en el alma,
la que todo el mundo guarda.
Llueve Santa Rosa,
llueve Santa Rosa.
Sobre la espalda de la santa
puso sus plantas septiembre,
y siempre después de que llueve
hay un sol que nos conmueve.
Así la vida es como un ciclo,
lo que cae se levanta,
el que hoy llora después ríe,
y el que sufre siempre canta.
Canta Santa, canta Rosa,
cantarata de canciones,
canta que sólo cantando
se alegran los corazones.
El corazón de Santa Rosa
se derrite desde el cielo
y va lavando nuestras penas
este bendito aguacero.
Llueve Santa Rosa,
llueve Santa Rosa.
Y se lleva la mentira,
la frustración asesina,
la miseria de esta vida,
el dolor de la caída,
la presión de la rutina,
el poder, la codeína,
la mierda que hay en el alma,
la que todo el mundo guarda.